Viajes a Samarkanda, el corazón de la Ruta de la Seda

Samarkanda es una de las ciudades más conocidas, exóticas y atractivas de Uzbekistán. Y lo es en gran parte a las leyendas e historias que contaban los comerciantes de la Ruta de la Seda. Hoy puede recorrer las mismas calles que esos viajeros antiguos y maravillarse, como hicieron ellos, de esta ciudad de cúpulas glaucas.

El corazón de Samarkanda es la Plaza de Registan, donde destacan las tres colosales madrazas que cubren sus flancos. Estos edificios son los perfectos ejemplos de la arquitectura tradicional uzbeka, que mezcla elementos propios del centro de Asia con una fuerte inspiración musulmana.

En la zona occidental de la plaza se encuentra la Madraza de Ulugh Beg, la más antigua del conjunto. Fue nombrada en honor a Ulugh Beg, un sultán uzbeko que destacó, no solo como gobernante, si no como uno de los astrónomos y matemáticos más brillantes de su tiempo.

Justo enfrente de la Madraza de Ulugh Beg se encuentra la Madraza de Sherdar que, como si fuera un espejo, refleja la arquitectura de su vecina. Sin embargo, hay una gran diferencia entre ambos edificios, en Sherdar podrá encontrar dos furiosos leones que, no solo custodian la madraza, también desafían la prohibición del islam de representar seres vivos.

La última de las tres madrazas de la Plaza del Registán en Samarkanda es Tilla-Kari, situada entre ambas hermanas –se podría decir incluso gemelas-, en la que destaca la preciosa decoración de color oro que luce ante los ojos de los viajeros que se dejan seducir por este edificio.

De nuevo, regresando al recuerdo del gran Ulugh Beg, podrá descubrir su famoso observatorio, uno de los lugares más interesantes de Samarkanda. En este recinto científico, hoy un parque arqueológico, podrá sumergirse en la ciencia del siglo XV, y los avanzados conocimientos astronómicos que poseía el sultán, cuyos tratados se llegaron a publicar en Europa y fueron de gran influencia en personajes como Copérnico.

Otro de los lugares importantes de Samarkanda que no puede perderse es la Necrópolis Shanzi Zinda, un impresionante complejo de tumbas y mausoleos construido en torno a la tumba de Qusam ibn Abbas, primo de Mahoma e introductor de la religión musulmana en Uzbekistán. Pasear entre los mausoleos, decorados con los típicos azulejos blancos, verdes, azules y dorados de la región, le permitirá disfrutar de uno de los lugares más importantes de la ciudad de la Ruta de la Seda.

Por supuesto, cuando se habla de Samarkanda viene a la mente el recuerdo de uno de los grandes Khanes que rigió esta ciudad y su reino, el gran Tamerlán. Este caudillo está enterrado en el Mausoleo Gur-e Amir, una de las tumabs más espectaculares en todo el mundo, coronada por una gran cúpula y rodeada de centenares de mosaicos. Sin duda, este es uno de los edificios más importantes de la arquitectura islámica.

Otro de los lugares de la ciudad uzbeka que están relacionados con Tamerlán es Bibi Khanum, un ostentoso templo mandado construir por la esposa del caudillo. De hecho, Bibi khanum significa “la reina de las mujeres”, haciendo referencia a la legendaria belleza de reina.

La mezquita fue destruida por un terremoto a finales del siglo XIX, aunque en los últimos años se ha reconstruido con total exactitud al templo original, con lo que los viajeros pueden disfrutar de esta auténtica obra de arte, llena de historia.

Por último, no puede abandonar esta mítica ciudad sin visitar el Mercado Siyob, donde se agolpan los puestos de comida, artesanía e incluso especias. En este enorme bazar podrá sumergirse en la esencia tradicional de Uzbekistán y disfrutar de la amabilidad de sus gentes.