Transilvania, Rumanía
Adéntrese en la mágica, romántica y a veces tenebrosa región de Transilvania, Rumanía. A los pies de los Cárpatos y cubierta por espesos bosques, esta comarca aún sigue a la sombra de una de las grandes leyendas de Europa, el Conde Drácula. Pero al mismo tiempo, es también uno de los paisajes más bonitos de todo el Viejo Continente.
Hay miles de lugares que ver en Transilvania, y por supuesto, uno de ellos es el Castillo de Bran, más conocido como el Castillo del Conde Drácula. Bram Stoker, el autor inglés que creó el mito del vampiro, se basó en esta fortaleza para dar forma al hogar del conde. Sin embargo, Vlad Tepes, el “Drácula” original, nunca llegó a vivir entre los muros de esta fortaleza.
Aun así, la silueta del castillo le helará la sangre, ya que ha sido filmado en infinidad de ocasiones para recrear el tenebroso hogar del conde Drácula en las películas. En el interior del bastión podrá sumergirse de lleno en la tradición y las costumbres de Transilvania, Rumanía. Además, desde los altos torreones de Bran podrá disfrutar de una de las vistas más espectaculares del país, contemplando los interminables bosques a los pies de los Cárpatos.
Para acercarse a la figura de Vlad Tepes –apodado “el Empalador” por ser esta su ejecución favorita- podrá visitar el pueblo de Sighișoara, su ciudad natal. Tepes adoptó el sobrenombre de Drácula por su padre, miembro de la Orden del Dragón –Draco en latín- y llegó a gobernar sobre Valaquia y Transilvania con puño de hierro. No pierda la ocasión de visitar su casa natal, hoy convertida en un restaurante temático que, por supuesto, tiene al conde como su mejor atractivo.
En esta villa, que está declarada Patrimonio de la Humanidad, destaca la Torre del Reloj, de 64 metros de altura y que recuerda a la Catedral de San Vito de Praga. Hoy en día, en el interior de la torre podrá disfrutar de un interesante museo en el que se da un repaso a la historia de la ciudad y una tenebrosa cámara de tortura, no apta para aprensivos, donde se muestran diversos métodos e instrumentos de tortura utilizados en el medievo. No se pierda tampoco el Museo de Armas Medievales, que cuenta con una extensa colección de armamento medieval, como el que llevó a Vlad Tepes a instaurar su yugo en Transilvania.
Otro lugar que no puede perderse de Transilvania, Rumanía es Brasov, que llegó a ser la capital de toda la región. No pierda la ocasión de caminar por las empedradas callejuelas para descubrir monumentos tan interesantes como la Iglesia Negra o el ayuntamiento, auténticas joyas imprescindibles cuando se visitan los Cárpatos.
Otro de los lugares que no puede obviar en su paso por Transilvania es Sinaia. Allí encontrará el monasterio que le da nombre, también conocido como la Catedral de los Cárpatos, y que es uno de los templos más importantes que encontrará en Rumanía. También podrá visitar el Castillo de Peles, de estilo neorrenacentista y antigua residencia de verano de los reyes rumanos. En su interior podrá degustar el lujo y la opulencia de los monarcas de Rumanía, que gobernaron el país a finales del siglo XIX.
Por último, no puede dejar atrás Transilvania y Rumanía sin visitar Sibiu, un precioso pueblo con callejuelas empedradas rodeadas de casitas de vivos colores que le enamorarán de esta romántica región. El Museo de la técnica popular al aire libre le permitirá disfrutar del folklore y las tradiciones más encantadoras de Transilvania.
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