Plovdiv, Bulgaria histórica

Plovdiv, Bulgaria, una de las ciudades más interesantes que ver en el país europeo. La historia milenaria de esta villa le transportará a la Antigüedad, cuando Plovdiv llegó a ser la capital del importante reino de Tracia. A lo largo de los siglos, macedonios, romanos y otomanos, entre otros, han ocupado la plaza.

La historia de Plovdiv se remonta 6.000 años atrás en el tiempo, cuando los tracios –una civilización de raíces griegas- fundaron su reino a orillas del mar Negro. Más tarde, en el siglo IV a.C. Filipo de Macedonia, padre del famoso Alejandro Magno, conquistó el país y lo anexionó a su creciente imperio. En el siglo I Plovdiv fue de nuevo conquistada, esta vez por los romanos.

Uno de los monumentos más interesantes que ver en Plovdiv es el teatro, de época romana. Este edificio de mármol es uno de los mejor conservados que existen en todo el mundo. Sus gradas podían albergar más de 7.000 personas para disfrutar de las funciones. Si se sienta sobre ellas podrá revivir, como si ocurriese ante sus ojos, las obras clásicas.

Otros importantes restos romanos que no se puede perder en Plovdiv, Bulgaria, son el estadio, ahora en ruinas; y la casa Irini, una vivienda en el que se conserva un espectacular mosaico que representa a una mujer llamada Irina y que da nombre a todo el edificio.

La esencia de la Edad media en Plovdiv se puede paladear en sus callejuelas empedradas. Pasee bajo la sombra de los edificios que parecen apiñarse sin sentido a lo largo de las calles para disfrutar de uno de los lugares más pintorescos de Bulgaria que le harán retroceder hasta el medievo europeo.

Otra importante época en la milenaria historia de Plovdiv, Bulgaria, fue el Renacimiento. En la ciudad se conservan varias casas y mansiones que pertenecían a los mercaderes y burgueses que se enriquecieron gracias al floreciente comercio de la época. En el interior de estas casas podrá disfrutar del lujo y la decoración renacentista, con mosaicos, murales y varios elementos decorativos de un increíble valor artístico.

Por otra parte, la mezquita Dzhumaya –literalmente mezquita de los viernes- es uno de los mejores ejemplos de arte otomano que dejó la dominación turca en el país. Deléitese con su exquisita arquitectura, que mezcla elementos bizantinos con árabes para crear una deliciosa armonía.

Por último, los tiempos modernos también han dejado su huella histórica en Plovdiv, Bulgaria. Un claro ejemplo es el Montículo de la Solidaridad, levantado en los años 70 del siglo XX, durante la época comunista de Bulgaria. Este impresionante memorial pretende conmemorar la liberación de Bulgaria del dominio otomano y el triunfo del socialismo en el país.