Brasov, Rumanía
En medio de Transilvania, rodeada de los Cárpatos y los frondosos bosques que cubren las laderas de las montañas, encontrará Brasov, Rumanía, una de las ciudades históricas más importantes de la región que los viajeros deben visitar cuando viajen a este sorprendente país.
El mejor punto de interés para comenzar la visita de Brasov es la Plaza del Ayuntamiento, el epicentro de la zona histórica de la ciudad. Podrá comprobar que se trata de una de las plazas más bellas de Transilvania, rodeada de edificios antiguos que dibujan un retrato pintoresco.
Su mirada se verá atraída hacia el Viejo Ayuntamiento, que hoy día es el Museo de la Ciudad. En su interior podrá descubrir la agitada historia de Brasov. Desde su fundación, en el siglo XIII por parte de los Caballeros de la Orden Teutónica hasta su esplendor como capital de la región de Transilvania.
De este edificio destaca la Torre de la Trompeta, llamada así porque antiguamente, el centinela hacía sonar este instrumento si veía tropas enemigas acercándose a la ciudad. Hecho que, como podrá comprobar en este museo, sucedió bastantes veces a lo largo de la historia.
De vuelta a la Plaza del Ayuntamiento de Brasov, Rumanía, encontrará en una esquina la Iglesia Negra, uno de los monumentos más característicos de la ciudad. Como curiosidad, valga decir que es la iglesia más grande que hay en la tierra entre Viena y Estambul, la zona de conflicto durante siglos entre los otomanos y el imperio austriaco.
Su peculiar color negruzco, que parece conjugar perfectamente con el ambiente de misterio y romanticismo que hay en Transilvania, se debe a un incendio provocado por las tropas austriacas en el siglo XVII, cuando trataron de conquistar la ciudad.
Dejando atrás la Plaza del Ayuntamiento, es recomendable sumergirse en el centro histórico de la ciudad rumana. En cada esquina encontrara callejuelas medievales, estrechas y serpenteantes, acunadas por edificios pintorescos.
También podrá descubrir los restos de las murallas, con bastiones y torres que aún siguen en pie. Destaca el Gran Bastión, una torre de cuatro alturas que antaño era la puerta de entrada a la ciudad y hoy alberga un museo de armas medievales; o la Puerta de Santa Catalina, que por su aspecto le llevará hasta un cuento de fantasía.
Tampoco puede perderse la Iglesia de San Nicolás, un templo ortodoxo que presenta un perfecto estilo gótico de Rumanía. Al pasar a su interior, encontrará una brillante colección de frescos, obra de Misu Popp, uno de los pintores rumanos del siglo XIX más influyentes.
Por último, recomendamos ir hasta Poiana, en las cercanías de la ciudad de Brasov, Rumanía. En invierno es una de las estaciones de esquí más importantes de los Cárpatos, y en cualquier época del año, es uno de los mejores miradores para disfrutar de una completa panorámica de Brasov y las llanuras que reposan frente a los montes de esta región de Rumanía. Una panorámica que parece hecha para enamorarse de Transilvania.
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