Kyoto
Encantadores templos de una belleza exótica, callejuelas pintorescas, impresionantes palacios…hay millones de lugares que ver en Kyoto y que le permitirán disfrutar de esta ciudad, antigua capital imperial, que además ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Sus monumentos conservan la esencia más tradicional del país del sol naciente.
El más conocido de los monumentos de Kyoto es el templo Kinkakuji, el Pabellón de Oro. Este increíble edificio totalmente cubierto de oro, parece surgir de entre las copas de los árboles y el agua de un pequeño lago. No solo rebosa de un lujo impresionante por su decoración aurea, también posee un ambiente de tranquilidad y paz que le permitirá sentir la tan preciada armonía con la naturaleza.
Ginkakaju es otro de los lugares imprescindibles que ver en Kyoto. En contraste con el Kinkakuji, el Pabellón de Oro, Ginkakaju es el Pabellón de Plata, si bien de este metal solo tiene el nombre. Al construirse este santuario se pretendía recubrirlo de este material, aunque finalmente el proyecto nunca llegó a realizarse. Aun así goza de una belleza pintoresca que destila un encanto impresionante.
Merece la pena también acercarse hasta el Templo Toji. Este santuario destaca por su pagoda de madera, que supera los 50 metros de alto. Se trata, por tanto, del mayor edificio de madera que existe en todo el país.
Otro de los templos que ver en Kyoto es el santuario Heian. Se trata de uno de los templos sintoístas más importantes de todo el país, basado en el Palacio Imperial de la ciudad. A su entrada podrá contemplar una famosa puerta torii de color rojo. Estos portones son una de las estructuras más típicas de la arquitectura religiosa japonesa, que señalan la entrada a los recintos sagrados.
Por supuesto, el Palacio de Kioto es otro de los sitios que deberá visitar en su estancia en la ciudad. Fue la sede de la corte imperial del Japón hasta 1869, cuando el emperador Meiji trasladó la capital a Tokio. Pasee por este impresionante complejo que narra en cada una de sus piedras y tablones de madera la historia del país.
De igual manera, tampoco puede perderse el castillo de Nijo, que pertenecía al clan Tokugawa. Esta familia ostentó el poder durante el Periodo Edo, de 1600 a 1869, y, si bien su centro de poder estaba en Tokio –en aquel entonces llamada Edo, de ahí el nombre de este periodo-, contaban con una impresionante fortaleza en la entonces capital del país. Merece la pena pasear por los jardines de Nijo y los palacetes de madera.
Otro importante lugar de la ciudad japonesa que no puede perderse es Kiyomizu, considerado uno de los mayores tesoros de Kyoto. Su balconada, sostenida por centenares de columnas de madera le permitirá disfrutar de una de las mejores vistas de la villa. También encontrará en la sala principal del templo un estanque de agua que, según rezan las tradiciones niponas, tiene propiedades terapéuticas.
Por último, para respirar el aroma especial de las tradiciones japonesas, no deje de visitar el barrio de Gion. En estas calles todo conserva el encanto de las épocas de samuráis y geishas. De hecho, aún podrá encontrar a geishas y maikos –aprendices de geishas- caminando entre las casas de madera. Gion es el lugar perfecto para participar en una ceremonia del té, disfrutar de un teatro de títeres o practicar ikebana, el arreglo floral.
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