Qué ver en Friburgo
A las puertas de la Selva Negra, una de las regiones más salvajes de Europa, se encuentra una ciudad histórica con decenas de monumentos que ver. Friburgo, en Alemania, es uno de los puntos turísticos más importantes del país germano.
El centro histórico de esta villa germana, que aún conserva un regusto medieval en sus calles, parece que se ha detenido mágicamente en el tiempo. Sus edificios siguen emanando una esencia histórica y rústica que hará que se enamore de la ciudad.
Uno de los elementos más característicos de Friburgo son sus canales, pequeñas acequias que podrá encontrar en casi todas las calles de la ciudad. En sus orígenes, estaban pensadas para abastecer de agua potable a la localidad alemana. Hoy en día, aunque su función principal ha quedado obsoleta, proporcionan un agradable frescor y un omnipresente murmullo de agua en cada rincón.
Uno de los puntos más destacados en cualquier visita a Friburgo es su catedral. Aunque se trata de un templo relativamente pequeño, destaca por su delicioso estilo gótico y la torre piramidal que corona todo el conjunto, que por supuesto, es uno de los edificios más simbólicos de la ciudad alemana. Junto a la catedral se encuentra el famoso Palacio Episcopal, otro de los edificios imprescindibles de la villa.
Otro de los lugares que ver en Friburgo es el Nuevo Ayuntamiento, construido en el siglo XVI y que destaca por el color rojizo de los ladrillos que se usaron en su construcción. A raíz de este peculiar tono del consistorio, muchos otros edificios de la ciudad, como por ejemplo el Edificio de los Almacenes Históricos, también poseen el mismo color.
Los restos de las murallas medievales, que aún se conservan en Friburgo, son otro de los atractivos turísticos de esta preciosa ciudad alemana. No olvide visitar sus tres puertas. La puerta de Saubos, la Puerta de Martín, con su torre, la más antigua de las que se conservan; y la Puerta Breisach, con vestigios de las murallas de la época barroca.
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