Lago Mývatn
El lago Mývatn, en Islandia, es uno de los lugares naturales más sobrecogedores de la isla. Una región que muestra el efecto de la intensa actividad volcánica que se vive en el país. Si Islandia es la tierra del fuego y hielo, el lago Mývatn es el fuego que mantiene viva esta isla.
El lago Mývatn muestra como ningún otro el efecto de las constantes erupciones volcánicas. Paseando por su orilla descubrirá un paisaje que le quitará el aliento. Prueba de ello es el Hverfjall, un volcán que se alza justo en la orilla de este lago; o los islotes que salpican la superficie del Myvatn, que en sus orígenes fueron escapes submarinos de lava que se solidificaron.
Junto al lago encontrará los cráteres de Skútustaðir. Estos enormes boquetes se originan en la lava de las erupciones volcánicas. Al llegar a las aguas de Mývatn el agua enfría la lava tan rápidamente que explotan por la diferencia térmica, provocando estos espectaculares cráteres.
Alrededor del lago Mývatn se extienden varias regiones naturales que le sorprenderán por su belleza o por su entorno.
Un buen ejemplo es Dimmuborgir, un panorama que solo puede describirse como estremecedor. Se trata de una zona cubierta de caprichosas forma de lava que se extienden hasta donde alcance su vista. Algunas de ellas, ya sea por su parecido o por la imaginación, tienen nombres como La Iglesia o El Castillo Negro. Es también un lugar muy importante para la tradición islandesa, pues antiguamente creían que el Dimmuborgir era la Puerta del Infierno.
Hverir es otro de los lugares que podrá visitar. Este páramo está repleto de fumarolas que surgen de la propia tierra, mezclando el color blanquecino del humo con el ocre del paisaje volcánico. Una paleta de colores preciosa que hará las delicias de los amantes de la fotografía.
En las cercanías del Lago Mývatn encontrará una de las cascadas más conocidas de Islandia, Goðafoss. Según cuenta la leyenda, cuando Islandia adoptó el cristianismo en el siglo XI, un jefe vikingo arrojó a sus ídolos paganos por esta cascada y le otorgó su nombre, la Cascada de los Dioses. Hoy en día es uno de los paisajes naturales más impresionantes de la isla.
Tampoco podrá dejar de pasar por los manantiales de Stóragjá y Grjótagja, unas fuentes de aguas termales en las que podrá sumergirse y disfrutar de su temperatura cálida a pesar del duro clima islandés.