Reykjavik, Islandia
Reykjavik, Islandia, es una de las ciudades que mejor recogen la historia y las tradiciones de este país. A lo largo de sus edificios y sus museos se puede dar un repaso a la historia de la isla, desde sus comienzos como una colonia vikinga, hasta la actualidad.
Uno de los edificios más interesantes de la ciudad es el Parlamento de Islandia. Reykjavik tiene el honor de albergar este edificio del siglo XIX. Si bien, la institución del Parlamento es bastante más antigua. Sus orígenes se remontan al año 930 con los “thing", las reuniones de los hombres libres de las tribus vikingas.
En el Museo Nacional de Reykjavik, Islandia, podrá conocer más a fondo esta cultura. A lo largo de su colección se exponen centenares de utensilios y restos arqueológicos de la historia de la isla. Uno de los objetos más conocidos es la puerta de una iglesia del siglo XII, que representa una batalla vikinga. Es una auténtica obra maestra del Medievo islandés.
Por otra parte, en el Instituto Árni Madnússon podrá adentrarse en la literatura islandesa, y especialmente en las sagas. Estos relatos mezclan historia y leyenda. A través de las sagas se puede conocer la cultura nórdica y la historia de los colonos que empezaron a poblar esta preciosa isla.
La catedral luterana es otro de los edificios más interesantes de Reykjavik, Islandia. Situada al lado del parlamento, representa perfectamente la sobriedad y la sencillez de los edificios históricos de la capital islandesa. En su interior se encontrará numerosas referencias al reino de Dinamarca –del que Islandia formó parte hasta el siglo XX-. Destaca una preciosa pila bautismal hecha de mármol, obra de Bertel Thorvaldsen, un famoso escultor de Dinamarca e Islandia.
No pierda la ocasión de pasear por Aoalstraeti. Es la calle más antigua de la ciudad. A lo largo de esta avenida encontrará numerosos edificios históricos y un sinfín de restaurantes donde degustar los platos típicos del país. Un lugar perfecto para relajarse y tomar algo viendo el ir y venir de los islandeses.
Por último, no se pierda el edificio del Ayuntamiento de Reykjavik, Islandia, que parece flotar por encima del lago Tjornin, en medio de la ciudad. Es, sin duda, uno de los edificios modernos más destacados de toda la ciudad.
