Karlstad, la Ciudad del Sol en Suecia

Karlstad es una de las ciudades más interesantes de Suecia, una villa famosa por ser de las más soleadas del país –de hecho se la conoce como la Ciudad del Sol en el país escandinavo- y estar enclavada en un entorno natural casi mágico: el delta del río Klara al desembocar en el lago Vänern.

Sobre todos los edificios de la ciudad sueca destaca la catedral, principalmente por su peculiar color marfileño y el alto torreón que domina toda la estructura. Arquitectónicamente, el edificio se sitúa en el estilo barroco, si bien podrá encontrar elementos neoclásicos. No pierda la ocasión de adentrarse en el interior del templo para disfrutar de una estancia que sorprende por su luminosidad.

A pocos pasos de la catedral, aún a la sombra de su poderoso torreón, encontrará Stora Torget, una de las plazas centrales de la ciudad, y quizás la que mejor le permita contemplar el ir y venir de los lugareños en su día a día. También podrá pasear por Almen, el barrio más antiguo de Karlstad, donde las calles están formadas por encantadoras casitas de madera que recogen la arquitectura tradicional rústica de Suecia. Perfecto para un paseo romántico.

Si se acerca caminando hasta la ribera del Klara podrá contemplar uno de los tesoros de la ciudad, el puente Östra Bron. Se trata del puente de piedra más grande de toda Suecia, con 168 metros de pasarela y un total de 12 arcos que salvan el río. Disfrute junto al Östra Bron de una de las vistas más bonitas de Karlstad.

Junto al puente encontrará también varios museos, ya que Karlstad es una ciudad con un importante bagaje cultural. El Museo Varmlads le permitirá conocer la historia y las tradiciones de la región de Varmlads, de la que Karlstad es capital. También cabe destacar la Galería Sandgrund, que expone obras del pintor Lars Lerin, un maestro del trabajo en acuarela.

A orillas del lago Vänern podrá encontrarse con el “Sol de Karlstad”, el cariñoso apodo de la estatua de Eva Lena-Holtz. Esta simpática joven, que vivió y trabajo en la ciudad durante el siglo XVIII se convirtió en un símbolo de la ciudad gracias a su radiante sonrisa y su simpatía, que aún hoy día sigue encandilando a los visitantes.

También encontrara el Mariebergsskogen, un bonito parque a orillas del lago que le permitirá disfrutar de una gran colección de flora local, tan colorida como aromática, que le permitirá disfrutar de la naturaleza sueca de una manera especial.