El cráter del Ngorongoro: edén en la tierra

El cráter del Ngorongoro es un lugar único en el mundo, un edén en la tierra. Lo es porque esta área de conservación está situada en una ubicación única, que no podrá encontrar en otro lugar más que en Tanzania: un bello cráter de volcán inactivo que en el que miles de especies animales y vegetales han elegido para vivir, lo que le convierte en un espacio ideal para realizar un safari fotográfico.

Ngorongoro es de todo menos un ‘lugar frío’, traducción de su nombre del masai. Su consideración de lugar frío se debe a que el volcán lleva ‘apagado’ desde hace miles de años, pero la vida bulle en su interior. Y, de hecho, su reducido tamaño –unos 8.288 kilómetros cuadrados, en comparación con otras zonas en las que se pueden realizar safaris en Tanzania –como el Serengueti-, no es un impedimento para visitarlo. Todo lo contrario, es una facilidad añadida para divisar a las distintas especies animales que viven en sus praderas.

El cráter de Ngorongoro es, además de por su belleza, uno de los espacios protegidos que hay que visitar para ver a los ‘cinco grandes’ de África: leones, leopardos, búfalos, elefantes y rinocerontes. Su reducida extensión hace más probable toparse desde su cómodo jeep con ejemplares de estas especies, pero también de otras como antílopes, ñus, cebras y miles de aves que sobrevolarán tranquilamente el cielo abierto de esta reserva natural.

Además, podrá disfrutar de unas magníficas vistas de todo el interior del cráter a medida que se jeep avance por las paredes del volcán para internarse en su interior. Y, también ver a miembros de tribus de masais llevar a cabo sus rebaños a pastar, entre otras tareas diarias.

Aproveche la oportunidad para disfrutar de un emocionante safari en jeep por el cráter del Ngorongoro, de divisar sus bellos paisajes de bosques, lagunas y praderas, y de ver en su hábitat natural todos los animales que lo habitan. Un lugar con una magia especial que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido no sólo a su riqueza natural, sino también a los restos arqueológicos que se han encontrado en su interior.