Camboya, turismo a los orígenes de una dinastía

Camboya y turismo son dos palabras que han comenzado a ir de la mano hace relativamente poco tiempo, y por ello, el país sigue siendo uno de los grandes países por descubrir. Su agitado pasado –marcado por varias contiendas bélicas- ha llevado a que el turismo en Camboya despertase recientemente. Si decide viajar hasta allí, prepárese para descubrir lindas ruinas, como los Templos de Angkor, y algunos de los paisajes más deslumbrantes del sudeste asiático.

Siem Reap será la puerta de entrada en el país. La segunda ciudad del país tiene sus orígenes en un pequeño pueblo pesquero que ha ido evolucionando hasta la actualidad, precisamente, gracias al turismo. En la ciudad podrá encontrar miles de tesoros que son reflejo de la historia del país, como los jardines reales, hermosas pagodas o vivos mercados. Además, podrá ser testigo de un espectáculo de danza Apsaras, su primer contacto con el Imperio Jemer, del que provienen.

Pero si algo le sorprenderá en Camboya son, sin duda, los Templos de Angkor. Este complejo, que forma parte de las maravillas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, refleja una grandeza y una delicadeza que es prácticamente imposible describirlo. Desde Preak Khan, conocido como la “Espada Sagrada", el pequeño templo-isla de Neak Pean o Ta Som, no habrá visto nada igual en su vida. Pero, si alguno de estos complejos le dejará sin palabras, eses es Angkor Wat, el principal templo de Camboya, y la muestra más impresionante de la grandeza que llegó a alcanzar el Imperio Jemer.

El turismo en Camboya no acaba con la visita a estos magníficos templos. Existen otros como los de Bayón Thommanon y Chau Say Tevoda, el inacabado templo-montaña de Ta Keo, el monasterio de Ta Prohm o la laguna sagrada Srah Sran que le permitirán seguir viajando por la historia de este sorprendente país. Y podrá disfrutar de la experiencia de realizar un crucero por el lago Tonle Sap, que le llevará a contemplar bucólicos paisajes, las típicas casas de los camboyanos –cuya hospitalidad es tal que le invitarán a visitarlas-, una escuela flotante o una granja de peces.

Y, sin duda alguna, una de las más lindas imágenes que podrá contemplar en el país será la de los verdes campos de arroz extendiéndose hasta el horizonte y, en ellos, los campesinos, vestido de manera tradicional, trabajando junto a los búfalos. Sin pasar por alto la tranquilidad que desprenden las aldeas tradicionales camboyanas.