Madaba
Su patrimonio arqueológico, que se remonta a la época de la Biblia (en la que aparece en varias ocasiones, en los libros de los Números y en el de Josué) es la principal razón para visitar Madaba. El templo de Hipólito y las iglesias de la Virgen y la del profeta Elías, ambas del siglo VII, son algunas de las muestras arqueológicas que se pueden ver. Además, su Museo Arqueológico conserva bellos mosaicos que representan bestias mitológicas, escenas de caza o de la vida cotidiana, o la flora y fauna de la época.
Pero, si algo destaca por encima, es sin duda la iglesia ortodoxa de San Jorge, en cuyo interior se conserva un hermoso y valioso mosaico que muestra la distribución de Jerusalén y Tierra Santa en el siglo VI. De él, sólo se conserva una cuarta parte, pero tiene un valor incalculable ya que se trata de la representación geográfica más antigua de Oriente Medio que se conoce. Para hacerse una idea del esfuerzo y trabajo que llevó realizarlo basta con un dato: se calcula que se utilizaron más de dos millones de piezas de una piedra local de vivos colores para representar el delta del Nilo, el Mar Muerto o Jerusalén.
Otro motivo para no perderse la excursión a Madaba es el Monte Nebo, un enclave sin igual para admirar valle del Jordán y el Mar Muerto, la misma hermosa panorámica que contempló Moisés cuando divisió la Tierra Prometida.
