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Ruinas de Pompeya

Italia

Las ruinas de Pompeya, un viaje al pasado

La ciudad de Pompeya ha permanecido intacta durante más de 20 siglos

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Visitar las ruinas de Pompeya es realizar un viaje al pasado. Y lo es porque la ciudad ha estado congelada, o para ser más exactos petrificada, desde el año 79.  Ese año, tuvo lugar uno de los mayores desastres naturales de la Historia. La erupción del monte Vesubio, un volcán considerado sagrado por los griegos y los romanos, sepultó la ciudad de Pompeya y la vecina Herculano. La que fue la primera gran tragedia natural de nuestra era se convirtió, sin embargo, en el principal yacimiento arqueológico del mundo.

La ciudad se dio por perdida, pero en el año 1748 (tras el descubrimiento de Herculano una década antes) aparecieron los primeros restos de lo que hoy son las ruinas de Pompeya. Tras 200 años de trabajos arqueológicos, hoy se puede contemplar de primera mano cómo era la ciudad en el I d. C., cuando el Imperio Romano estaba en pleno apogeo. Y los detalles que se pueden observar llaman poderosamente la atención: desde el suelo de las casas, utensilios de distintas profesiones hasta las inscripciones de las puertas y de las calles e incluso la expresión de los rostros de los ciudadanos que no pudieron escapar a los efectos de la erupción en el llamado Jardín de los Fugitivos.

Este es uno de los miles de secretos que guarda Pompeya. Se trata de la reconstrucción, a través del yeso, de los restos de los habitantes de la ciudad que quedaron atrapados por los efectos de la erupción del Vesubio. Durante las excavaciones aparecieron huecos en la ceniza en el lugar donde habían perecido y gracias a la idea del arqueólogo italiano Giuseppe Fiorelli de rellenarlos con yeso se han obtenido moldes que reproducen los últimos momentos de varios ciudadanos de Pompeya.  

Además de los pequeños detalles, en la ciudad de Pompeya se pueden ver hoy las grandes construcciones de la época. El Foro es una de ellas. Centro de la vida política y comercial de la ciudad, en este espacio rectangular abierto se pueden admirar la columnata que rodea tres de sus lados. En el cuarto flanco del Foro se encuentra el Templo de Júpiter, que estaba siendo restaurado en el momento de la erupción del Monte Vesubio.

Entre los edificios religiosos que hoy se pueden visitar son el Templo de Apolo, con su columnata corintia formada por seis columnas, una columna jónica de mármol gris y por encima de ésta última un reloj de sol; el Templo de Lares, que estaba en construcción en el momento del desastre natural, y el Templo de Vespasiano, con un altar de mármol esculpido que representaba la escena de un sacrificio. También se conservan ruinas de otros templos y lugares de culto, como Foro Triangular, dedicado a Hércules, el Templo de Isis y el Templo de Venus.

De carácter civil, destacan otra serie de edificios. Entre ello, el Macellum, un gran mercado cubierto en cuyo centro se encontraba una fuente de agua donde se lavaba el pescado. Por su parte, la Basílica era, junto al Foro, uno de los espacios más importantes de la ciudad. Sede de la administración de justicia, contaba con cinco puertas que daban paso a tres naves internas.

La ciudad de Pompeya contaba con varios edificios para espectáculos. El Teatro Grande, que fue construido imitando la forma griega, cuenta con gradas de mármol y un escenario flanqueado por tres puertas clásicas. También destaca el conocido como Teatro Pequeño, que posteriormente se ha identificado como un odeón, destinado a representaciones teatrales y mímicas. Por encima de estos dos destaca el Anfiteatro, que es el más antiguo de los construidos en piedra que se han encontrado hasta nuestros días. Su buena conservación permitió que fuera el escenario elegido por el grupo de rock Pink Floyd para un concierto en el año 1971.

Entre las ruinas de Pompeya también se encuentran distintas termas a través de las que se puede conocer la estructura que tenían estas instalaciones. Por ejemplo, las termas Estabianas estaban divididas en dos secciones, la masculina y la femenina, cada una de ellas formada por una sala de vestir, una sala con piscina de agua fría, una sala templada y una sala con piscina de agua caliente. Ya en aquella época contaba con un sofisticado sistema de calefacción en el que el agua caliente circulaba a través de las paredes y bajo el suelo. Por su parte, las termas del Foro destacan por su decoración y el estado de conservación de la sección masculina.

En la ciudad de Pompeya también se pueden ver distintas instalaciones deportivas y de ocio. Como la Palestra Samnita, que estaba rodeada por un pórtico dórico o la Palestra Grande, en la que se encontraba una amplia piscina con distintas profundidades.

Otros edificios que se pueden contemplar hoy en día son el Lupanar (el más grande de los burdeles que se encontraron en la ciudad), y distintas residencias privadas como la Casa del Fauno, una de las más lujosas de la ciudad; la Casa del Poeta Trágico; o la Villa de las Misterios. Además de la Puerta Marina, una construcción defensiva, que recibe este nombre porque era la puerta que daba al mar.