Lago Bled
El lago Bled, Eslovenia, es uno de los lugares más pintorescos y mágicos que podrá encontrar en Europa. El impresionante paisaje del lago, de apenas dos kilómetros de longitud y rodeado de centenares de árboles a los pies de los Alpes Julianos le enamorará al instante.
En el centro del lago, sobre las aguas, sobresale una pequeña isla de apenas 18 metros de longitud y completamente poblada de árboles. La isla de Bled es la única ínsula natural que existe en todo el país. Una diminuta iglesia barroca se levanta en la isla, casi cubierta por el verdor de los árboles de alrededor. Este templo acapara gran parte de las fotografías que se sacan en este mágico lugar.
A orillas del lago Bled descubrirá otro lugar que añade más belleza aún si cabe al espectacular paisaje que encontrará: el castillo. La fortaleza, de origen medieval, está construida sobre un enorme acantilado a 130 metros de altura sobre el agua, que parece hecho únicamente para sostener el fuerte. Desde las almenas del bastión podrá disfrutar de una de las vistas más espectaculares del lago Bled.
El castillo de Bled, Eslovenia, parece sacado de un libro. Cuenta con todos los elementos clásicos de los castillos de Europa. Un puente levadizo que salva un foso defensivo, por ejemplo. Además, cuenta con una torre de estilo románico que tiene más de mil años de antigüedad. Es la estructura más antigua de todo el recinto e imprescindible de ver al visitar la fortaleza.
Además en el interior del castillo encontrará un museo, uno de los grandes atractivos en las inmediaciones del lago Bled. El museo cuenta con numerosas piezas arqueológicas que narran la extensa historia de esta región de Eslovenia. Destaca un broche con la figura de un pavo real, datado en el siglo VI. Según los expertos arqueólogos, esta pieza podría formar parte de todo un conjunto dedicado al Jardín del Edén.
A orillas del lago encontrará el pintoresco pueblecito de Bled. Esta localidad tuvo su mayor esplendor en la época del Imperio austrohúngaro, cuando sus balnearios –que aprovechaban las aguas termales de la zona- atraían cientos de visitantes de todos los rincones del imperio. Viendo la belleza que rodea el pueblo no le costará entender el porqué.
Pasee tranquilamente por este pueblecito, disfrutando de su encanto pintoresco y del espectacular paisaje natural que lo rodea. Además, podrá aprovechar para degustar alguno de los platos típicos de la región. Uno de los más conocidos es la tarta de crema de Bled, un dulce exquisito. Este postre, uno de los manjares de la cocina eslovena, está hecho a base de crema dulce y vainilla. Disfrute de este dulce en un lugar inimitable.
En Bled, Eslovenia, se suele decir que el que llega hasta este lugar se enamora perdidamente del paisaje. No pierda la ocasión de comprobarlo por usted mismo.
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