La ciudad de Cork, Irlanda tradicional

La ciudad de Cork, Irlanda, es una de las visitas más interesantes que se pueden hacer en la isla. Es la segunda ciudad más grande del país y capital del condado homónimo. En Cork podrá respirar la auténtica esencia irlandesa en cada uno de sus rincones.

En Cork hay una calle por la que es inevitable andar, St. Patrick Street, la principal calle comercial de Irlanda. En sus aceras podrá encontrar los escaparates más codiciados del país, con tiendas de marcas exclusivas. Además también encontrará decenas de pubs típicos en los que pararse a probar una buena pinta de cerveza negra.

Otra importante avenida de la ciudad de Cork es Grand Parade, donde además de tiendas y pubs encontrará el Mercado Inglés, uno de los rincones más tradicionales de Irlanda. En estos puestecitos podrá degustar los platos típicos del país, entre los que cabe destacar la morcilla irlandesa y sobre todo, los quesos. No dude en probar alguno de estos manjares exquisitos.

Al visitar Cork, Irlanda, no puede dejar de pasear por el barrio de Shandon, donde encontrará la Iglesia de Santa Ana. Este templo es famoso por sus campanas –las campanas de Shandon-, que a menudo son tañidas por los turistas. La diferente afinación de las campanas permite que se puedan interpretar diversas melodías, desde la Canción de Molly Malone, hasta Amazing grace o The Final Countdown, para satisfacción de los más rockeros.

Otro importante templo de la ciudad de Cork que no debe perderse es la Catedral de San Finbar. En el exterior de esta iglesia destaca su preciosa arquitectura y los tres chapiteles que rematan las torres, todo un símbolo de la localidad. En lo alto del pináculo más elevado podrá descubrir la figura de un ángel dorado, que parece gobernar toda la urbe.

Los museos son otro de los grandes atractivos que ver en Cork. Irlanda tiene en la Galería Crawford alguna de las obras más interesantes de todo el país. Destacan los moldes Canova, moldes de escayola que los Museos Vaticanos regalaron a la Sociedad Artística de Cork en el siglo XIX. En esta colección encontrará verdaderas obras de arte como El torso de Belvedere o El discóbolo.

En las cercanías de la ciudad de Cork podrá visitar el Castillo de Blarney, uno de los monumentos más interesantes de Irlanda. De entre las copas de los verdes árboles parece surgir el torreón de la fortaleza, como si fuera una leyenda irlandesa. En esta torre encontrará la piedra de Blarney, que según la tradición, otorga el don de la elocuencia a aquel que la bese. En Blarney disfrutará de la más pura tradición del país en un ambiente casi mágico.

Otro de los lugares en las cercanías de Cork que mejor absorben la esencia tradicional de Irlanda es Cobh. En este pueblo costero destaca el puerto, famoso por ser la última escala del Titanic en su fatídico viaje.

También es un importante lugar para la cultura irlandesa, puesto que de estos muelles partían los barcos que llevaban a los inmigrantes hacia América en busca de una vida mejor. En recuerdo de estos inmigrantes encontrará la estatua de Annie Moore y sus hijos. Esta mujer fue la primera persona en entrar en el icónico Centro de Recepción de la isla Ellis, en Nueva York.