Amberes, Bélgica, lugar de leyendas

Amberes es una de esas ciudades de Bélgica en las que merece la pena detenerse. En sus calles encontrará edificios renacentistas que le transportarán a la época de los cuentos de hadas y podrá dejarse llevar por sus historias y leyendas.

Como muchas ciudades de Bélgica y Holanda, el punto central de Amberes es Grote Markt, la Plaza del Mercado. Situado en medio de esta explanada podrá disfrutar de la visión de los edificios gremiales, casitas renacentistas en las que cada una tiene un encanto especial.

Sin duda alguna, la estatua del centro de la plaza llamará su atención. Se trata de Silvio Bravo, un héroe que, según la leyenda, fundó la ciudad. Cuenta su historia que en aquellos tiempos un gigante exigía pago por cruzar el río Escalda. Bravo se enfrentó a él, le cortó la mano y la lanzó al río, dando origen al nombre de la ciudad –Antwerpen, su nombre flamenco significa lanzar la mano-. Por ello en esta estatua lo verá arrojando la mano del gigante.

Probablemente, otro de los edificios que atraigan su atención es el ayuntamiento. En su fachada encontrará hasta 87 banderas ondeando al viento y que parecen cubrir el edificio con un sinfín de coloridos paños. Tampoco puede perderse las estatuas femeninas que custodian el edificio: la Prudencia, la Justicia y la Virgen María; o el campanario, que forma parte del conjunto de Torres y Campanarios de Francia y Bélgica, reconocido como Patrimonio de la Humanidad.

En la Grote Markt de Amberes, Bélgica, también hay otra torre que forma parte de este conjunto reconocido por la Unesco, se trata del campanario de la Catedral, que alcanza la increíble altura de 123 metros, siendo la torre más alta del Benelux. Por si fuera poco, en el interior de la iglesia se guarda una colección de pinturas de Rubens, el gran genio del barroco.

Rubens era, de hecho, un ciudadano de Amberes. Aún se conserva su casa que ha sido convertida en museo. Si quiere conocer a fondo la vida cotidiana y las técnicas de trabajo de este famoso pintor, no dude en visitar su hogar.

Tampoco podrá perderse una visita al Museo de los Diamantes. En su interior comprenderá porque Amberes es llamada la Ciudad de los Diamantes e incluso podrá comprar alguna muestra, si quiere. Aproximadamente el 85% de los diamantes del mundo se comercializan en esta ciudad flamenca.

Por último no puede perderse uno de los tesoros de Amberes, el Castillo de Het Steen, el Castillo de Piedra, en castellano. Su aspecto actual se debe al siglo XVI, con una reforma emprendida por el Emperador Carlos V. Hoy en día, sus torres puntiagudas parecen sacadas de un cuento de hadas. En su interior se encuentra el Museo Naval de Bélgica y, lo más importante, unas bellas vistas de la ciudad de Amberes.