Aunque la fecha es lo de menos para aquellos que se pasarían la vida arriba y abajo con la única compañía una maleta, todavía son muchas las personas que únicamente viajan en temporada alta. Ya sea porque tienen hijos en edad escolar, porque no pueden disfrutar de sus vacaciones en otro momento o porque, sencillamente, se resisten a renunciar a la playa, lo cierto es que no todo el mundo contempla la posibilidad de realizar un circuito o una escapada en temporada baja.
No obstante, sea cual sea su situación, están pasando por alto una oportunidad inmejorable de vivir una experiencia diferente, y tanto o más gratificante que las se consiguen con las ofertas de viajes en agosto, Semana Santa o Navidad.
Desde Panavisión, queremos explicarte los principales beneficios de viajar en temporada baja, algunos de los cuales quizás te sorprenderán gratamente.
Te invitamos a descubrirlos. Además, te sugerimos algunos lugares perfectos para recorrer por tu cuenta con quien quieras y cuando quieras, sin estar pendiente del calendario (aunque, eso sí, rodeado de muchos menos turistas que en otras épocas del año).
¿Te apuntas?
La ley de la oferta de la demanda es implacable, también cuando se trata de reservar un vuelo o un hotel. Y tiene toda la lógica del mundo. Basta con imaginar ciudades de costa como Dubrovnik o cualquiera de las localidades de Sicilia o Cerdeña que pueden conocerse en nuestros circuitos por Italia, y que registran un mayor número de visitantes en verano. En ese caso, las aerolíneas y los hoteles incrementan sus precios, ya que saben que hay gente dispuesta a pagar más por ellos en esas fechas.
De ahí que la temporada baja sea la mejor aliada para explorar rincones que, en pleno período estival, serían prohibitivas. Por descontado, no estamos animándote a visitar playas —por lo menos, si está en estas latitudes— en pleno diciembre, sino en otros meses menos solicitados, y en los que aún sea posible disfrutar del sol y del mar. Por ejemplo, ¿te has planteado alguna vez darte un baño en mayo o a principios de octubre? Haz la prueba: te garantizamos que la experiencia puede ser de lo más gratificante.
¿El resultado? Poder presumir de vacaciones baratas, con descuentos que pueden bajar del 40% sobre el precio en agosto. Si te encanta conseguir vuelos low-cost, es tu momento.
Sí, has leído bien. Antes hablábamos de ir a la playa en invierno. Pues bien: dependiendo del destino, ¿por qué no? Basta con encontrar el lugar ideal para el mes en el que desees hacer tu escapada. Por ejemplo, si tienes en mente hacer un viaje a Argentina en enero o febrero, escaparás del frío para meterte de lleno en el verano austral del hemisferio sur. ¿Hay algo mejor que rendirte a la belleza de las cataratas de Iguazú con una temperatura ideal, mientras todos tus conocidos se abrigan a conciencia en España?
Además, no hay que perder de vista que la temporada estival no necesariamente es sinónimo de un clima benigno. Por ejemplo, si quieres hacer un circuito por la India, es deseable evitar los meses del monzón, que suelen tener lugar en verano. Asimismo, si eliges regalarte un inolvidable crucero por el Nilo en Egipto, lo idóneo es ahorrarte el calor sofocante del desierto en julio, agosto o septiembre.
Aunque cualquiera de nuestros circuitos por China te dejarán un recuerdo imborrable, independientemente de la fecha en la que hagas tu reserva, la Ciudad Prohibida, la Gran Muralla o un magnífico crucero fluvial por el río Li te cautivarán mucho más si ves estas atracciones poco atestadas de turistas, algo que no es infrecuente en los meses con mayor demanda. Por cierto: en el caso del gigante asiático, trata de evitar el 1 de octubre, ya que muchos ciudadanos chinos hacen turismo con motivo de su día nacional.
De todos modos, no sólo te animamos a esquivar la avalancha de visitantes para disfrutar más de la experiencia, sino también por una cuestión mucho más práctica: la disponibilidad de los principales puntos de interés. En efecto, las colas kilométricas frente a un museo o un monumento imprescindible pueden hacer desistir a cualquiera de visitarlo. Fuera de las semanas más concurridos, esta posibilidad se reduce considerablemente.
A pesar de que todos nuestros circuitos por Europa y el resto del mundo te garantizan un trato inmejorable, es normal que el personal de los aeropuertos y los hoteles se muestre menos afable y más expeditivo cuando tiene detrás de ti a otros muchos viajeros. Por eso, viajar en temporada baja te da más opciones de hablar con ellos y obtener información útil para tus viajes y excursiones.
Admitámoslo: cuando alguien apuesta por un viaje a París sabe que va a uno de los destinos con más turismo del Viejo Continente, por no decir del mundo. Por eso, lo más probable que los lugareños estén más incómodos y, por lo tanto, se tomen menos tiempo para indicarte dónde están los mejores restaurantes de Montmartre o esta calle escondida que se te resiste.
Por eso, si viajas en temporada baja, encontrarás que la población local está mucho más dispuesta a orientar y aconsejar al recién llegado, con lo que aprovecharás mucho más tu visita a la Cité de la Lumière. Así, tu crucero por el Sena te entusiasmará aún más, si cabe.
Escapar de la masificación turística del verano te dará la oportunidad de acercarte a enclaves realmente únicos en su mejor momento. Por ejemplo, si contratas uno de nuestros circuitos por Japón en primavera, asistirás a un espectáculo natural sin parangón: la floración de los cerezos.
En cualquier caso, ten en cuenta que la celebración de festivales, conciertos u otros acontecimientos puntuales pueden encarecer el precio de tu viaje a un destino concentro en las fechas relacionadas. Por ejemplo, si decides viajar a Múnich, incluida en nuestros viajes organizados por Alemania, en el mes de septiembre, coincidiendo con el Oktoberfest.
Con todos estos argumentos, ¿te animas a elegir entre nuestras ofertas de viaje en temporada baja?